Para romper la maldición: persiguiendo al CEO frío

Para romper una maldición que predijo su muerte a los 26 años, la taoísta aficionada Sherry descendió de la montaña, decidida a casarse con quien estaba destinado, el distante director ejecutivo Simon. Con una moneda de la suerte de su maestro y su espíritu alegre, se ganó a Simon, disipó la maldición y derritió su frío corazón.