Votos mortales: la trampa del matrimonio

Hace siete años, Sue York y su marido Cade Mack se cruzaron en el trabajo. De ser rivales comerciales, evolucionaron a una pareja amorosa. Cade le propuso matrimonio a Sue y le prometió cuidarla de por vida, lo que la conmovió profundamente y la llevó a aceptar. En busca de una vida familiar feliz, Sue renunció y se convirtió en ama de casa a tiempo completo. Dos años después de su matrimonio, dieron la bienvenida con alegría a una hija y Cade continuó sobresaliendo en el trabajo. Justo cuando Sue cree que todo va bien, sin darse cuenta descubre un largo mechón de pelo en la ropa de su marido que no le pertenece.